Encontrados 70 resultados para: Mitad

  • «Dime, reina Ester, ¿qué es lo que deseas para que te lo conceda? ¡No temas decírmelo, pues aunque sea la mitad de mi reino, te la daré!» (Ester 7, 2)

  • Tú, oh Dios, los echarás al pozo de la muerte los hombres sanguinarios y embusteros: no llegarán a la mitad de su vida, pero yo, confío en ti. (Salmos 55, 24)

  • pero yo digo: Dios mío, no me arranques a mitad de mis días, siendo que tus años corren de edad en edad. (Salmos 102, 25)

  • Le entregó la mitad de sus tropas con los elefantes, y le dio órdenes referentes a cuanto había resuelto. En lo que tocaba a los habitantes de Judea y Jerusalén, (1 Macabeos 3, 34)

  • El rey, tomando la otra mitad del ejército, partió de Antioquía, capital del reino, el año ciento cuarenta y siete. Atravesó el río Eufrates y continuó su marcha a través de las provincias superiores. (1 Macabeos 3, 37)

  • Renuncio de hoy en adelante al tercio de la cosecha y a la mitad de los frutos de los árboles que tengo derecho de exigir en la región de Judea y en los tres distritos anexos de Samaria y Galilea. (1 Macabeos 10, 30)

  • Cuando todo estaba tranquilo en medio del silencio, y había transcurrido la mitad de la noche, (Sabiduría 18, 14)

  • Aunque puedan reembolsarle, el acreedor tendrá suerte si recupera la mitad. En caso contrario, se habrán apoderado de su dinero y no habrá ganado más que un enemigo; éste le pagará con maldiciones e insultos, con desprecios en vez de agradecimientos. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 6)

  • Yo decía: En la mitad de mis días ya me marcho; seré encerrado para el resto de mis años en el lugar adonde vn los muertos. (Isaías 38, 10)

  • Echa la mitad al fuego, pone a asar la carne sobre las brasas, y cuando está listo, se come el asado hasta quedar satisfecho. Al mismo tiempo, se calienta y dice: «Me caliento mientras miro las llamas.» (Isaías 44, 16)

  • No reflexionan ni son capaces de pensar o entender y decirse: «He echado la mitad al fuego, he puesto a cocer el pan sobre las brasas, he asado la carne que me comí, ¿y con lo que sobra voy a hacer esta tontería? ¿Y me voy a agachar ante un trozo de madera?» (Isaías 44, 19)

  • El que amontona riquezas injustamente es como la perdiz que se echa sobre huevos ajenos; tendrá que dejarlas, en la mitad de su vida, y al final no será más que un insensato. (Jeremías 17, 11)


“O mal não se vence com o mal, mas com o bem, que tem em si uma força sobrenatural.” São Padre Pio de Pietrelcina