Encontrados 98 resultados para: Esperanza

  • Porque yo sé muy bien lo que haré por ustedes; les quiero dar paz y no desgracia y un porvenir lleno de esperanza -palabra de Yavé-. (Jeremías 29, 11)

  • Ten esperanza para el futuro, pues tu descendencia regresará a su tierra. (Jeremías 31, 17)

  • Entonces Moab se avergonzará de Camos como la Casa de Israel se avergonzó de Betel, en el que había puesto su esperanza. (Jeremías 48, 13)

  • Dije: Mi esperanza se perdió igual que mi confianza en Yavé. (Lamentaciones 3, 18)

  • que ponga su boca en el polvo; quizá tenga esperanza, (Lamentaciones 3, 29)

  • Hijo de hombre, le dirás a la casa de Israel: Se oye decir: "Estamos bajo el peso de nuestros pecados y nos desesperamos sin esperanza de salir de ellos". (Ezequiel 33, 10)

  • Al ver esto, Ascalón tamblará de miedo y Gaza se pondrá a tiritar. Ecrón lo mismo, al ver perdida su esperanza. El rey se irá de Gaza, Ascalón quedará sin habitantes. (Zacarías 9, 5)

  • Las naciones pondrán su esperanza en su Nombre. (Evangelio según San Mateo 12, 21)

  • Pablo sabía que una parte de ellos eran saduceos y la otra fariseos. Así que declaró en medio del Sanedrín: «Hermanos, yo soy fariseo e hijo de fariseos. Y ahora me están juzgando a causa de nuestra esperanza, a causa de la resurrección de los muertos.» (Hecho de los Apóstoles 23, 6)

  • Félix tenía esperanza de que Pablo le ofreciese dinero, y por eso lo llamaba a menudo para conversar con él. (Hecho de los Apóstoles 24, 26)

  • de hecho, el culto perpetuo que nuestras doce tribus rinden a Dios noche y día no tiene otro propósito que el de alcanzar esta promesa. Por esta esperanza, oh rey, me acusan los judíos. (Hecho de los Apóstoles 26, 7)

  • Como la tempestad seguía con la misma violencia, los días pasaban y no se veían ni el sol ni las estrellas: estábamos perdiendo ya toda esperanza. (Hecho de los Apóstoles 27, 20)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina