Encontrados 29 resultados para: Echar
Se presentaron Moisés y Aarón a Faraón, hicieron lo que Yavé les había ordenado, y, al echar el bastón delante de Faraón y de sus ministros, éste se convirtió en serpiente. (Exodo 7, 10)
Los brujos de Egipto intervinieron también esta vez, y trataron de echar fuera a los mosquitos por medio de sus fórmulas secretas, pero no lo pudieron, de manera que los mosquitos siguieron persiguiendo a hombres y animales. (Exodo 8, 14)
Todo lo restante del animal, la piel, toda la carne, la cabeza, patas e intestinos y el excremento, lo llevará fuera del campamento, a un lugar limpio donde se suelen echar las cenizas de las víctimas. Allí lo quemarán sobre un montón de leña. (Levítico 4, 12)
Lo mismo la tribu de Neftalí, al no poder echar a los habitantes de Bet-Semés y de Bet Anat, tuvo que establecerse en medio de los cananeos que habitaban la región; pero éstos tuvieron que pagarles impuestos. (Jueces 1, 33)
Los hombres de Judá les preguntaron: «¿Por qué han venido a atacarnos?» Respondieron: «Venimos a echar mano a Sansón, y lo trataremos como nos trató a nosotros.» (Jueces 15, 10)
Samuel hizo acercarse a todas las tribus de Israel y, al echar suerte, fue designada la tribu de Benjamín. (1 Samuel 10, 20)
Si se retira a una ciudad, todo Israel juntará cordeles para echar esa ciudad a una quebrada, hasta barrerla de la superficie.» (2 Samuel 17, 13)
Yo he visto al insensato echar raíces, de pronto se derribó su casa: «¡Que a sus hijos nadie los socorra! (Job 5, 3)
«Preparen sus armas y pórtense como valientes y estén listos para pelear mañana contra esos extranjeros que se han unido contra nosotros para aplastarnos y echar por tierra nuestro Lugar Santo. (1 Macabeos 3, 58)
refirieron también que otros estaban atrincherados en otras ciudades de Galaad y que los paganos habían decidido asaltar sus defensas, al día siguiente, echar mano de ellos y exterminarlos a todos en un solo día. (1 Macabeos 5, 27)
Ella se tragó a sus enemigos, para luego echar sus cuerpos a lo más profundo del mar. (Sabiduría 10, 19)
No te querelles con un hombre rico: podría echar su peso en la balanza. (Sirácides (Eclesiástico) 8, 2)