Encontrados 90 resultados para: Comerán

  • y la comerán Aarón y sus hijos, junto con el pan del canastillo, a la entrada de la Tienda de las Citas. (Exodo 29, 32)

  • La comerán, ya que fue santificada para hacer expiación por ellos y consagrarlos. Ningún extraño comerá de estas cosas, porque son sagradas. (Exodo 29, 33)

  • Si algo de la carne o del pan sobra hasta el día siguiente, no lo comerán sino que lo quemarás, porque es cosa sagrada. (Exodo 29, 34)

  • Toda la grasa pertenece a Yavé. Este es un decreto perpetuo de generación en generación, dondequiera que vivan. No comerán grasa ni sangre. (Levítico 3, 17)

  • Lo que quede será para Aarón y sus hijos: lo comerán sin ponerle levadura en un lugar santo dentro de la Morada. (Levítico 6, 9)

  • «Habla a los hijos de Israel y diles: No comerán sebo de buey, ni de cordero ni de cabra. (Levítico 7, 23)

  • La grasa de animal muerto o destrozado podrá servir para cualquier uso, pero no la comerán. (Levítico 7, 24)

  • Cualquiera fuere el lugar donde vivan, no comerán sangre, bien sea de animal, o de ave. (Levítico 7, 26)

  • Entonces, Moisés dijo a Aarón y a sus hi jos: «Asen la carne en la puerta de la Tienda de las Citas y cómanla allí mismo. Coman también el pan consagrado que está en su canasto tal como lo he mandado, diciendo: Aarón y sus hijos lo comerán; (Levítico 8, 31)

  • Ustedes lo comerán en lugar santo, ya que es la parte que te corresponde a ti y tus hijos en los sacrificios por el fuego para Yavé, según se me ha ordenado. (Levítico 10, 13)

  • Tú, y contigo tus hijos e hijas, comerán también en lugar puro el pecho que ha sido mecido y el pernil que ha sido separado, pues son la parte que te corresponde a ti y tus hijos en los sacrificios de comunión que los hijos de Israel me presentan. (Levítico 10, 14)

  • Ustedes comerán el animal de pezuña partida, hendida en dos uñas y que rumia. (Levítico 11, 3)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina