Encontrados 8 resultados para: Beltsasar

  • El jefe de los funcionarios les puso los nombres siguientes: a Daniel el de Beltsasar; a Ananías el de Sidrac; a Misael el de Sisac y a Azarías el de Abdénago. Cómo Daniel se negó a comer alimentos impuros (Daniel 1, 7)

  • Tomó el rey la palabra y dijo a Daniel (por sobrenombre Beltsasar): «¿Eres capaz de decirme el sueño que tuve y de interpretarlo?» Daniel interpreta el sueño (Daniel 2, 26)

  • Después se presentó Daniel ante mí, por sobrenombre Beltsasar, según el nombre de mi dios, pues en él reside el espíritu de los dioses santos; yo le conté el sueño en esta forma: (Daniel 4, 5)

  • Beltsasar, jefe de los magos, sé que posees el espíritu del Dios santo y que ningún misterio te ofrece dificultad; mira el sueño que tuve y explícamelo (Daniel 4, 6)

  • Así fue el sueño que tuve yo, el rey Nabucodonosor. Tú, Beltsasar, explícamelo, ya que ninguno de los sabios de mi reino ha podido darme su interpretación; pero tú puedes, porque en ti reside el espíritu de los dioses santos (Daniel 4, 15)

  • Entonces, Daniel, por sobrenombre Beltsasar, quedó un instante aturdido y pareció muy turbado. El rey tomó la palabra y dijo: «Beltsasar, ¿qué hay en ese sueño o en su interpretación que te turbe tanto?» Respondió Beltsasar: «Señor mío, ¡ojalá que este sueño sea para tus enemigos y su contenido se refiera a tus adversarios (Daniel 4, 16)

  • En tu reino hay un hombre en quien reside el espíritu de los dioses santos. Ya en tiempos de tu padre se comprobó que tenía intuición, inteligencia y una sabiduría semejante a la de los dioses; por eso tu padre, el rey Nabucodonosor, lo nombró jefe de los magos, adivinos y astrólogos, poniéndole por sobrenombre Beltsasar (Daniel 5, 11)

  • El tercer año del reinado de Ciro, rey de Persia, Dios entregó un mensaje a Daniel, por sobrenombre Beltsasar. Este mensaje hablaba de fidelidad y de gran angustia. Daniel se fijó en estas palabras y prestó atención a la siguiente visión. (Daniel 10, 1)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina