Salmos, 38
4. todo mi cuerpo está enfermo, debido a tu furor; no tengo hueso sano, debido a mi maldad;
4. todo mi cuerpo está enfermo, debido a tu furor; no tengo hueso sano, debido a mi maldad;
“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina