34. Como los sacerdotes eran pocos y no bastaban para degollar todos los animales del holocausto, les ayudaron sus hermanos los levitas, hasta que terminó el trabajo y se purificaron los sacerdotes, porque los levitas habían sido más diligentes que los sacerdotes en purificarse.





“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina