Bíblia Católica
 

I Crónicas, 27

1. Censo de los israelitas. Los cabezas de familia, los jefes de millar y de centurias, y los oficiales estaban al servicio del rey en todo lo referente a las divisiones, que se turnaban cada mes, de manera que todos los meses del año había una división en funciones. Cada división tenía 24.000 hombres.

Versículos relacionados com I Crónicas, 27:

1 Crónicas 27 enumera a los líderes de los ejércitos de Israel, así como a los gobernadores de las tribus y otras autoridades en el reino de David. Los siguientes son cinco versículos relacionados con los temas de este capítulo:

2 Samuel 23:8: "Estos son los nombres de los valientes de David: Jôabe, hijo de Zeruia, Jefe del Ejército; Eleazar, hijo de Dodo, de Aoa; se menciona en 1 Crónicas 27:34.

1 Reyes 4:1: "Y el rey Salomón era el rey sobre todo Israel". Este versículo destaca la autoridad de Salomón sobre todo el reino de Israel, similar a lo que se representa en la lista de gobernadores y autoridades en 1 Crónicas 27.

Números 1:16: "Estos fueron los que fueron llamados desde las congregaciones, los príncipes de sus familias, los jefes de las tribus de sus padres, que son los príncipes de los hijos de Israel". Este versículo menciona a los príncipes de las familias y los jefes de las tribus de Israel, que son similares a los líderes tribales y otras autoridades enumeradas en 1 Crónicas 27.

2 Samuel 8:15: "Así, David reinó sobre todo Israel; y David hizo justicia y juicio a todo su pueblo". Este versículo destaca la justicia y el juicio de David sobre todas las personas de Israel, similar a lo que se espera de los gobernadores y otras autoridades en 1 Crónicas 27.

Números 31:14: "Y Moisés fue indignado por los oficiales del ejército, los miles de miles y los capitanes de cien, que regresaron de la guerra". Este versículo menciona a los oficiales del ejército y capitanes de miles, similares a los líderes militares que figuran en 1 Crónicas 27.





“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina