11. Al moverse giraban en los cuatro sentidos sin volverse en su dirección, porque se movían hacia el lado donde daba la cabeza, sin volverse en su dirección.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina