11. Tranquilo estaba Moab desde su mocedad, y quieto se estaba en sus atalayas. Nunca fue trasegado, ni al destierro marchó. Por eso le duraba su gusto, y su sabor no se picó.





“Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina