1. ¡Aleluya! Alabad al Señor en su santuario, alabadlo en su majestuoso firmamento,

2. alabadlo por sus grandes hazañas, alabadlo por su inmensa grandeza,

3. alabadlo al son de las trompetas, alabadlo con la cítara y el arpa,

4. alabadlo con danzas y tambores, alabadlo con cuerdas y con flautas,

5. alabadlo con címbalos sonoros, alabadlo con címbalos vibrantes.

6. Que alabe al Señor todo cuanto vive. ¡Aleluya!





Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina