Sabiduría, 10
5. Cuando las naciones, por su perversión unánime, fueron confundidas, ella reconoció al justo, lo conservó irreprochable delante de Dios y lo hizo más fuerte que la ternura hacia su hijo.
5. Cuando las naciones, por su perversión unánime, fueron confundidas, ella reconoció al justo, lo conservó irreprochable delante de Dios y lo hizo más fuerte que la ternura hacia su hijo.
“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina