57. Y también hizo que toda la maldad de la gente de Siquém recayera sobre ellos mismos. Así se cumplió la maldición que Jotám, hijo de Ierubaal, había pronunciado contra ellos.





“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina