13. Por su parte, el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que a ella se le ocurrió pedir, aparte de los regalos que le hizo como sólo podía hacerlo el rey Salomón. Después, ella emprendió el camino de regreso a su país, acompañada de su séquito.





“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina