Ezequiel, 33
26. Ustedes confían en sus espadas, cometen lo que es abominable, contaminan a la mujer de su prójimo, ¡y pretenden poseer el país!
26. Ustedes confían en sus espadas, cometen lo que es abominable, contaminan a la mujer de su prójimo, ¡y pretenden poseer el país!
El Capítulo 33 de Ezequiel comienza con el Profeta nuevamente llamado por Dios para ser un Atalaia y alertar a las personas sobre la necesidad de arrepentimiento. Se instruye a Ezequiel a transmitir el mensaje de Dios de manera clara y fiel, advirtiendo sobre la consecuencia de la desobediencia y el cambio de comportamiento alentador. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en Ezequiel 33:
Jeremías 18:7-8: "En cualquier momento hablaré de una nación o un reino, para derribarlo, destruirlo o derribarlo. Pero si esta nación, lo que dije, se convirtió de tu mal, así que Me arrepentiré del mal que pensé en hacer ". Este versículo enfatiza el mensaje central de Ezequiel 33: Dios quiere que las personas se arrepientan y cambien su comportamiento para evitar el castigo.
Mateo 3:8: "Producí frutas dignas de arrepentimiento". Este versículo muestra la importancia de la acción como evidencia del verdadero arrepentimiento, un tema abordado por Ezequiel en el Capítulo 33.
Lucas 15:7: "Te digo que habrá mayor alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento". Este versículo destaca la alegría del cielo con el arrepentimiento del pecador, que refuerza el punto principal de Ezequiel 33.
Hechos 26:20: "Prediqué primero a aquellos que estaban en Damasco y Jerusalén, en toda la región de Judea y los gentiles, exhortándolos a arrepentirse y convertirse a Dios, practicando obras dignas de arrepentimiento". Este versículo enfatiza la importancia de la conversión y el fruto del arrepentimiento, un tema central en Ezequiel 33.
1 Timoteo 1:15: "Esta es una palabra fiel y digna de toda aceptación: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales soy el jefe". Este versículo destaca la centralidad de Cristo en el mensaje de arrepentimiento y salvación, un tema importante en todo el Libro de Ezequiel.
“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina
