Encontrados 13 resultados para: zarza

  • Allí se le apareció el ángel del Señor en llama de fuego, en medio de una zarza. Miró, y vio que la zarza ardía sin consumirse. (Exodo 3, 2)

  • Moisés se dijo: "Voy a acercarme a ver esta gran visión; por qué la zarza no se consume". (Exodo 3, 3)

  • El Señor vio que se acercaba para mirar y lo llamó desde la zarza: "¡Moisés! ¡Moisés!". Y él respondió: "Aquí estoy". (Exodo 3, 4)

  • con lo mejor de la tierra y su abundancia, gracioso don del que se apareció en la zarza; descienda todo esto sobre la cabeza de José, el escogido entre sus hermanos. (Deuteronomio 33, 16)

  • Por fin, los árboles dijeron a la zarza espinosa: Ven tú, reina sobre nosotros. (Jueces 9, 14)

  • La zarza espinosa les respondió: Si de verdad queréis ungirme por vuestro rey, venid y refugiaos a mi sombra; y si no, saldrá fuego de la zarza y devorará a los cedros del Líbano. (Jueces 9, 15)

  • Antes que vuestras ollas sientan la llama de la zarza, sea verde o quemada, las barra el huracán. (Salmos 58, 10)

  • Y no habrá ya más para la casa de Israel espina que punza ni zarza que lacera entre todos sus vecinos que la desprecian, y sabrán que yo soy el Señor". (Ezequiel 28, 24)

  • Entre ellos el mejor es como una zarza, el más justo como cerca de espinos. El día anunciado por el centinela llega, el día de ajustar cuentas; entonces reinará la confusión. (Miqueas 7, 4)

  • Y acerca de la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo le dijo Dios: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? (Marcos 12, 26)

  • Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo da a entender en lo de la zarza, cuando llama al Señor: Dios de Abrahán, Dios de Jacob, Dios de Isaac. (Lucas 20, 37)

  • Cuarenta años después, se le apareció en el desierto del monte Sinaí un ángel en la llama de una zarza ardiente. (Hechos 7, 30)


“Todas as percepções humanas, de onde quer que venham, incluem o bem e o mal. É necessário saber determinar e assimilar todo o bem e oferecê-lo a Deus, e eliminar todo o mal.” São Padre Pio de Pietrelcina