Encontrados 33 resultados para: veía

  • Tuvo un sueño. Veía una escalera que, apoyándose en la tierra, tocaba con su cima en el cielo, y por la que subían y bajaban los ángeles del Señor. (Génesis 28, 12)

  • Entonces ella se quitó sus vestidos de viuda, se cubrió con un velo y, disfrazada, se sentó a la entrada de Enáyim, junto al camino de Timná, pues veía que Selá había crecido y no se había casado con ella. (Génesis 38, 14)

  • A la mañana siguiente, Balac tomó a Balaán y le hizo subir a Bamot Baal, desde donde se veía un ala del pueblo. (Números 22, 41)

  • Se preferían dioses extranjeros; la guerra llegaba ya a las puertas; apenas se veía un escudo o una lanza entre los cuarenta mil de Israel. (Jueces 5, 8)

  • Cuando llegó Gedeón, un hombre estaba contando un sueño a un compañero suyo. Decía: "He tenido un sueño: veía un pan redondo de cebada que rodaba por el campamento de los madianitas. Llegó a la tienda, chocó contra ella, le dio la vuelta y la derribó en tierra". (Jueces 7, 13)

  • Elí tenía noventa y ocho años, sus ojos se habían quedado fijos y ya no veía. (I Samuel 4, 15)

  • Durante toda la vida de Saúl hubo una guerra encarnizada contra los filisteos. Saúl se hacía con todos los hombres fuertes y valientes que veía. (I Samuel 14, 52)

  • Amasá, bañado en sangre, yacía en medio del camino. Aquel hombre, viendo que todo el mundo se detenía, apartó a Amasá del camino y lo tapó con una capa, porque veía que todos los que llegaban se detenían junto a él. (II Samuel 20, 12)

  • Todo el interior del edificio era de cedro con bajorrelieves de coloquíntidas y guirnaldas de flores. Todo era cedro. No se veía la piedra. (I Reyes 6, 18)

  • Eliseo le veía y gritaba: "¡Padre mío, padre mío, carro y caballería de Israel!". Y cuando dejó de verle, agarró sus vestiduras y las rasgó en dos pedazos. (II Reyes 2, 12)

  • Daba pan a los hambrientos y vestidos a los desnudos; yo enterraba los cadáveres de mis compatriotas que veía tras las murallas de Nínive. (Tobías 1, 17)

  • No me di cuenta de que en la pared había golondrinas y, estando con los ojos abiertos, las golondrinas dejaron caer sobre mis ojos sus excrementos calientes, causándome unas manchas blancas. Acudí a los médicos buscando curación; pero cuantos más ungüentos me aplicaban, menos veía, hasta que me quedé completamente ciego. Durante cuatro años no pude ver. Mis hermanos estaban afligidos. Ajicar se preocupó de mi alimento durante dos años, hasta que se marchó a Elimaida. (Tobías 2, 10)


“Que Nossa Senhora nos obtenha o amor à cruz, aos sofrimentos e às dores.” São Padre Pio de Pietrelcina