Encontrados 14 resultados para: tormentos

  • A punto de morir por los golpes de la flagelación, les decía gimiendo: "El Señor, que todo lo sabe, ve bien que, pudiéndome librar de la muerte, estoy sufriendo en mi cuerpo los tormentos atroces de la flagelación; pero en el alma sufro gustoso todo esto por su santo temor". (II Macabeos 6, 30)

  • El rey y cuantos estaban con él se maravillaron del ánimo y valor del joven, que así despreciaba los tormentos. (II Macabeos 7, 12)

  • Muerto éste, sometieron al cuarto a los mismos tormentos. (II Macabeos 7, 13)

  • Tú, inventor de tormentos contra los hebreos, no podrás escapar de la mano de Dios. (II Macabeos 7, 31)

  • Yo, como mis hermanos, entrego mi cuerpo y mi vida por las leyes patrias, pidiendo a Dios que muestre pronto su misericordia con su pueblo, y a ti, con tormentos y castigos, te obligue a confesar que sólo él es Dios. (II Macabeos 7, 37)

  • Y esto muy justamente, ya que había torturado las entrañas de otros con tormentos inauditos. Mas no por esto disminuyó su arrogancia, pues, lleno de orgullo y respirando ira contra los judíos, dio orden de apresurar más todavía la marcha. (II Macabeos 9, 6)

  • De esta forma pasó de esta vida aquel homicida y blasfemo, sufriendo tormentos atroces. Murió entre montes y en tierra extraña, con una muerte miserable. (II Macabeos 9, 28)

  • Probémoslo con ultrajes y tormentos, veamos su dulzura y pongamos a prueba su paciencia. (Sabiduría 2, 19)

  • Pues a través de sus pruebas, que no eran más que correcciones de misericordia, vinieron a conocer con qué tormentos fueron atormentados los malvados juzgados sin piedad. (Sabiduría 11, 9)

  • Pero todos vosotros que prendéis fuego y atizáis brasas caed en las llamas de vuestro fuego, en las brasas que atizáis. Mi mano os tratará así, os hundiréis en los tormentos. (Isaías 50, 11)

  • ¿Por qué salí del seno para no ver más que dolores y tormentos y consumir mis días en la confusión? (Jeremías 20, 18)

  • pues tengo cinco hermanos, para que les diga la verdad y no vengan también ellos a este lugar de tormentos. (Lucas 16, 28)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina