Encontrados 22 resultados para: ruedas

  • Frenó las ruedas de los carros, haciéndolos avanzar pesadamente. Los egipcios se dijeron: "Huyamos de los israelitas, porque el Señor combate por ellos contra los egipcios". (Exodo 14, 25)

  • Cada basa tenía cuatro ruedas de bronce, con sus ejes también de bronce, y en sus cuatro ángulos había unos pies. Estos pies estaban fundidos por debajo del aguamanil y por detrás de cada una de las guirnaldas. (I Reyes 7, 30)

  • Las cuatro ruedas estaban debajo de los paneles, y los ejes de las ruedas, unidos a las basas. La altura de cada rueda era de unos setenta y cinco centímetros. (I Reyes 7, 32)

  • Las ruedas eran como las de carro; y los ejes, llantas, rayos y cubos, todo de bronce. (I Reyes 7, 33)

  • Son afiladas sus saetas, tensos están todos sus arcos; los cascos de sus caballos son como pedernal, las ruedas de sus carros igual que el huracán. (Isaías 5, 28)

  • al sonar de los cascos de sus caballos, al trepidar de sus carros, al estrépito de sus ruedas. Los padres no se vuelven ya a sus hijos, sus brazos se desploman (Jeremías 47, 3)

  • El aspecto de las ruedas, su estructura, resplandecía como el crisólito. Tenían las cuatro la misma forma y parecían dispuestas como si una estuviese en medio de la otra. (Ezequiel 1, 16)

  • Cuando los seres se movían, iban también las ruedas junto a ellos; y cuando aquéllos se elevaban de la tierra, se levantaban también las ruedas. (Ezequiel 1, 19)

  • Iban hacia donde los impulsaba el espíritu; y las ruedas también se elevaban, porque el espíritu de los seres estaba en las ruedas. (Ezequiel 1, 20)

  • Cuando andaban ellos, andaban las ruedas; y cuando se paraban ellos, se paraban también las ruedas; cuando ellos se elevaban de la tierra, se elevaban también ellas, porque el espíritu de los seres estaba en las ruedas. (Ezequiel 1, 21)

  • era el rumor de las alas de aquellos seres al batir una con otra y el ruido de las ruedas como el ruido de gran terremoto. (Ezequiel 3, 13)

  • Y dijo al hombre vestido de lino: "Métete por entre las ruedas, debajo del querubín, toma a manos llenas brasas ardientes de entre los querubines y espárcelas por la ciudad". Y vi que entró. (Ezequiel 10, 2)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina