Encontrados 18 resultados para: riñones

  • Tomas todo el sebo que cubre las entrañas, la redecilla del hígado, los dos riñones y el sebo que los envuelve, y lo quemas sobre el altar. (Exodo 29, 13)

  • Tomas después el sebo del carnero, esto es, el rabo y el sebo que recubre las entrañas, la redecilla del hígado y los dos riñones con el sebo que hay sobre ellos, junto con la pierna derecha, porque es carnero de consagración. (Exodo 29, 22)

  • los dos riñones con la grasa que los envuelve, la grasa que envuelve los lomos y la sabanilla que habrá separado del hígado y los dos riñones. (Levítico 3, 4)

  • los dos riñones, con la grasa que los envuelve, y la que envuelve los lomos y la sabanilla que habrá separado del hígado y de los riñones. (Levítico 3, 10)

  • los dos riñones, con la grasa que los envuelve; la grasa que envuelve los lomos y la sabanilla que habrá separado del hígado y los riñones. (Levítico 3, 15)

  • los riñones con la grasa que los envuelve, y la que envuelve los lomos y la sabanilla que habrá separado del hígado y los riñones, (Levítico 4, 9)

  • los dos riñones, con la grasa que los envuelve y la que envuelve los lomos y la sabanilla que habrá separado del hígado y de los riñones. (Levítico 7, 4)

  • Tomó todas las grasas que envuelven las entrañas, la sabanilla que recubre el hígado y los dos riñones con sus grasas, y los quemó sobre el altar. (Levítico 8, 16)

  • Tomó las grasas, la cola, todas las grasas que envuelven las entrañas, la sabanilla que recubre el hígado, los dos riñones, juntamente con sus grasas, y la pierna derecha; (Levítico 8, 25)

  • Quemó luego sobre el altar las grasas de la víctima, los riñones y la sabanilla del hígado, como el Señor había ordenado a Moisés; (Levítico 9, 10)

  • Las grasas del toro y del carnero, la cola, la grasa que cubre las entrañas, los riñones y la sabanilla del hígado, (Levítico 9, 19)

  • ¿no me bendijeron sus riñones?, ¿no se calentó con el vellón de mis corderos? (Job 31, 20)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina