Encontrados 19 resultados para: produce

  • De allí los cinco hombres se fueron a Lais. Vieron que las gentes de esta ciudad vivían seguros, a la manera de los sidonios, tranquilos y pacíficos, y que nada les faltaba de cuanto produce la tierra; además estaban lejos de los sidonios y sin relación alguna con los arameos. (Jueces 18, 7)

  • cuando le produce náuseas la comida, y su alma aborrece el manjar más exquisito; (Job 33, 20)

  • Por lo demás, como el beber siempre vino solo o agua sola puede ser dañino, mientras que el vino mezclado con un poco de agua produce un sabor grato, así el arte de saber disponer el relato y la narración produce placer en los lectores. Y aquí doy fin a mi obra. (II Macabeos 15, 40)

  • La boca del justo produce la sabiduría, pero la lengua del injusto será cortada. (Proverbios 10, 31)

  • La mala fama produce vergüenza y desprecio; así es el pecador de doble lengua. (Eclesiástico 6, 1)

  • El latigazo produce cardenales, pero el golpe de la lengua quebranta los huesos. (Eclesiástico 28, 17)

  • Pues yo he creado al herrero, que sopla el fuego de las brasas, y con su trabajo las armas produce; mas también al destructor para aniquilarlas. (Isaías 54, 16)

  • A su voz se acumulan las aguas en el cielo; hace subir las nubes del extremo de la tierra, para la lluvia produce los relámpagos y saca de sus depósitos el viento. (Jeremías 51, 16)

  • Y he mandado la sequía sobre la tierra, sobre los montes, sobre el trigo y sobre el vino, sobre el aceite y sobre cuanto produce la tierra, sobre los hombres y sobre los ganados, y sobre todo el trabajo de vuestras manos". (Ageo 1, 11)

  • Os aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto. (Juan 12, 24)

  • la paciencia consolida la fidelidad, la fidelidad consolidada produce la esperanza (Romanos 5, 4)

  • Pues el peso momentáneo y ligero de nuestras penalidades produce, sobre toda medida, un peso eterno de gloria (II Corintios 4, 17)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina