Encontrados 13 resultados para: público

  • Se publicó después un bando en Judá y Jerusalén para que todos los repatriados se reunieran en Jerusalén, (Esdras 10, 7)

  • Tú conoces la grave situación en que me encuentro y sabes también que detesto el distintivo de mi grandeza que ciñe mi cabeza cuando aparezco en público. Sí, lo aborrezco como a un paño inmundo, y jamás lo llevo en mi vida privada. (Ester 14, 16)

  • El rey publicó en todo su reino la orden de formar un solo pueblo, (I Macabeos 1, 41)

  • Cuando esto se hizo público y se comunicó al rey de Persia que en el lugar donde los sacerdotes cautivos escondieron el fuego había aparecido agua con la que los compañeros de Nehemías santificaron el sacrificio, aquél, después de comprobar el hecho, hizo (II Macabeos 1, 33)

  • Al bienhechor de la ciudad, al defensor de su pueblo y al celador de la ley se atrevía a llamar traidor del orden público; (II Macabeos 4, 2)

  • Se publicó un decreto, en el que se ordenaba que todo el pueblo judío debería conmemorar tales fiestas todos los años. (II Macabeos 10, 8)

  • Demasiado sublime es para el insensato la sabiduría, en público no abre la boca. (Proverbios 24, 7)

  • Porque, ¿qué ventaja sobre el necio tiene el sabio? ¿Qué ventaja sobre el pobre, el que sabe comportarse en público? (Eclesiastés 6, 8)

  • Y por orden del rey y de sus magnates se publicó en Nínive este bando: "Hombres y bestias, ganado mayor y menor no probarán bocado, no pastarán, ni beberán agua. (Jonás 3, 7)

  • Habla en público y nadie le dice una palabra. ¿Es que habrán reconocido los jefes que éste es verdaderamente el mesías? (Juan 7, 26)

  • Con argumentos sólidos refutaba en público a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el mesías. (Hechos 18, 28)

  • Jamás dejé de anunciaros y enseñaros en público y por las casas todo cuanto os pudiera ser útil, (Hechos 20, 20)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina