Encontrados 35 resultados para: madrugada

  • Abimelec se levantó de madrugada y llamó a todos sus servidores. Les refirió todo lo ocurrido, y aquellos hombres se llenaron de miedo. (Génesis 20, 8)

  • Abrahán se levantó de madrugada, aparejó su asno, tomó consigo dos criados y a su hijo Isaac, partió la leña para el holocausto y se encaminó hacia el lugar que Dios le había dicho. (Génesis 22, 3)

  • A la mañana siguiente se levantaron de madrugada y se prestaron juramento mutuamente. Isaac los despidió, y ellos se fueron en paz. (Génesis 26, 31)

  • Labán se levantó de madrugada, besó a sus nietos y a sus hijas, los bendijo y regresó a su lugar. (Génesis 32, 1)

  • Antes de la madrugada, el Señor miró desde la columna de fuego y de nube a las huestes egipcias y las desbarató. (Exodo 14, 24)

  • Moisés escribió todas las palabras del Señor, se levantó de madrugada y edificó un altar al pie de la montaña y doce estelas por las doce tribus de Israel. (Exodo 24, 4)

  • Procura estar listo para mañana; sube de madrugada a la montaña del Sinaí y allí, en su cumbre, preséntate a mí. (Exodo 34, 2)

  • Moisés se hizo con dos tablas como las primeras, se levantó de madrugada y subió a la montaña del Sinaí, como se lo había mandado el Señor, llevando consigo las dos tablas de piedra. (Exodo 34, 4)

  • Josué se levantó de madrugada, partió de Sittín con todos los israelitas y llegaron hasta el Jordán. Allí acamparon antes de atravesarlo. (Josué 3, 1)

  • Josué se levantó de madrugada, y los sacerdotes tomaron el arca del Señor. (Josué 6, 12)

  • Josué se levantó de madrugada, hizo avanzar a Israel por tribus, y fue señalada por suerte la tribu de Judá. (Josué 7, 16)

  • Josué se levantó de madrugada, pasó revista al pueblo y subió contra Ay, él y los ancianos de Israel a la cabeza del pueblo. (Josué 8, 10)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina