Encontrados 23 resultados para: lujuria

  • Ahora, Señor, yo no me caso con esta mujer por lujuria, sino con elevados sentimientos. Ten misericordia de los dos, y haz que vivamos larga vida". (Tobías 8, 7)

  • pues el templo se vio lleno de lujuria y de orgías de los gentiles, que allí banqueteaban con las prostitutas y tenían relaciones con mujeres en los pórticos, llenándolo todo de prácticas y cosas inmundas. (II Macabeos 6, 4)

  • Que la sensualidad y la lujuria no se adueñen de mí, y no me entregues a un deseo torpe. (Eclesiástico 23, 6)

  • Como viandante sediento abre ella su boca y bebe de todas las aguas que encuentra; se sienta en cualquier parte y ofrece su cuerpo a la lujuria. (Eclesiástico 26, 12)

  • Tus adulterios, tus gritos de lujuria, tus prostituciones vergonzosas sobre los collados y en el campo, todas tus infamias yo las he visto. ¡Ay de ti, Jerusalén, que continúas impura! ¿Hasta cuándo todavía? (Jeremías 13, 27)

  • tomaste tus vestidos y te preparaste en las colinas tiendas de abigarrados colores, para entregarte en ellas a la lujuria, como no había sucedido ni sucederá jamás. (Ezequiel 16, 16)

  • Comportémonos decentemente, como en pleno día; nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de peleas ni envidias; (Romanos 13, 13)

  • "Los manjares para el estómago y el estómago para los manjares". Pero Dios exterminará ambas cosas. El cuerpo no es para la lujuria, sino para el Señor, y el Señor, para el cuerpo. (I Corintios 6, 13)

  • Huid de la lujuria. Cualquier otro pecado cometido por el hombre queda fuera del cuerpo, pero el pecado de lujuria daña al propio cuerpo. (I Corintios 6, 18)

  • pero para evitar la lujuria, que cada uno tenga su mujer, y cada mujer su marido. (I Corintios 7, 2)

  • No nos entreguemos a la lujuria, como se entregaron algunos de ellos, y cayeron veintitrés mil en un solo día. (I Corintios 10, 8)

  • y que, cuando llegue, me humille mi Dios por causa vuestra y tenga que llorar por muchos que antes pecaron y no se han arrepentido de la impureza, de la lujuria y el desenfreno a que se entregaron. (II Corintios 12, 21)


“O homem sem Deus é um ser mutilado”. São Padre Pio de Pietrelcina