Encontrados 91 resultados para: libertad

  • Ben Hadad le dijo: "Las ciudades que mi padre quitó al tuyo te las devolveré, y tú podrás establecer en Damasco plazas comerciales, como hizo mi padre en Samaría". Ajab hizo este pacto con él y le dejó en libertad. (I Reyes 20, 34)

  • El rey les preparó un gran banquete y, después que comieron y bebieron, los dejó en libertad. Ellos regresaron a su señor; pero en adelante las guerrillas de Siria no volvieron a penetrar en el país de Israel. (II Reyes 6, 23)

  • Judit respondió: "Dígnate escuchar las palabras de tu sierva para que pueda hablar con libertad ante tu presencia, pues ninguna mentira diré a mi señor esta noche. (Judit 11, 5)

  • Su fama crecía cada día hasta que se hizo vieja en casa de su marido Manasés; llegó a la edad de ciento cinco años. Dio la libertad a su esclava y murió en Betulia. La enterraron en el sepulcro de su marido Manasés. (Judit 16, 23)

  • ¿Quién dio al onagro libertad? ¿Quién soltó al asno salvaje las amarras? (Job 39, 5)

  • Dios da una casa a los abandonados, da a los prisioneros la libertad dichosa; sólo los rebeldes viven en su tierra abrasada. (Salmos 68, 7)

  • El rey mandó que lo soltasen, el soberano le dio la libertad, (Salmos 105, 20)

  • que hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor da la libertad a los presos, (Salmos 146, 7)

  • y conseguir la libertad del yugo de los griegos, pues éstos querían esclavizar a Israel. (I Macabeos 8, 18)

  • Concedo la libertad gratuitamente a todos los judíos prisioneros fuera de Judea en todo mi reino. A todos los eximo de los tributos, aun de los ganados. (I Macabeos 10, 33)

  • Envíanos tres mil cuatrocientos kilos de plata y dos de sus hijos en rehenes para que, una vez puesto en libertad, no se vuelva contra nosotros. Entonces lo libertaremos". (I Macabeos 13, 16)

  • Envió los hijos y los tres mil cuatrocientos kilos de plata, pero Trifón faltó a la palabra y no puso en libertad a Jonatán. (I Macabeos 13, 19)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina