Encontrados 12 resultados para: honrado

  • Ajimélec respondió al rey: "¿Quién entre todos tus siervos es semejante a David: fiel, yerno del rey, jefe de tu guardia y honrado en tu casa? (I Samuel 22, 14)

  • y me humillaré todavía más que esto; seré vil a tus ojos, pero ante las criadas de que hablas seré honrado". (II Samuel 6, 22)

  • Ragüel entonces se levantó, lo abrazó y se echó a llorar. Después le dijo: "Bendito seas, joven, hijo de un padre tan bueno. ¡Qué pena que un hombre tan honrado y tan caritativo se haya quedado ciego!". Abrazó de nuevo a Tobías, y se puso a llorar. (Tobías 7, 6)

  • A buena hora se pusieron en camino y llegaron a la boda. Al entrar en casa de Ragüel, encontraron a Tobías sentado a la mesa. Se levantó y saludó a Gabael, que se echó a llorar y lo bendijo así: "¡Hombre bueno y honrado, hijo de un hombre honrado, justo y limosnero! Que el Señor te bendiga con bendiciones celestiales a ti, a tu mujer, a su padre y a su madre. Bendito sea Dios, que he visto a Tobías tan parecido a mi primo Tobit". (Tobías 9, 6)

  • Jamás tu sierva ha comido en la mesa de Amán, ni ha honrado con su presencia los convites del rey, ni ha bebido del vino que ofrece a sus dioses. (Ester 14, 17)

  • que era del todo injusto defraudar a aquellos que se habían confiado a la santidad del lugar y a la inviolabilidad del templo, honrado en todo el mundo. (II Macabeos 3, 12)

  • Los judíos, que le acompañaban por la fuerza, le decían: "No intentes aniquilarlos tan feroz y tan salvajemente; ten respeto al día de sábado, honrado y declarado santo por aquel que todo lo ve". (II Macabeos 15, 2)

  • Porque glorioso es el fruto del trabajo honrado, y la raíz de la sabiduría es imperecedera. (Sabiduría 3, 15)

  • El que es honrado en la pobreza, ¡cuánto más lo será en la riqueza! Y el que es despreciado en la riqueza, ¡cuánto más en la pobreza! (Eclesiástico 10, 31)

  • "Señor, acuérdate, por favor, de que he caminado fielmente en tu presencia con corazón honrado, haciendo lo que es recto a tus ojos". Y Ezequías rompió a llorar copiosamente. (Isaías 38, 3)

  • No me has ofrecido corderos en holocausto, ni me has honrado con tus sacrificios. Yo no te forcé a hacerme ofrendas, no he insistido en que me ofrecieras incienso. (Isaías 43, 23)

  • Por el contrario, cuando seas invitado, ponte en el último puesto, y así, cuando venga el que te invitó, te dirá: Amigo, sube más arriba. Entonces te verás honrado ante todos los comensales. (Lucas 14, 10)


“Seja modesto no olhar.” São Padre Pio de Pietrelcina