Encontrados 22 resultados para: azote

  • siguió al israelita hasta la alcoba y allí los traspasó a los dos en pleno vientre, al israelita y a la mujer. Y cesó el azote que pesaba sobre los israelitas; (Números 25, 8)

  • pues os han tratado como enemigos seduciéndoos con sus malas artes en el caso de Fegor y de Cozbí, hermana de los madianitas e hija de uno de sus jefes, la que murió el día del azote sobrevenido con ocasión de lo de Fegor". (Números 25, 18)

  • Después del azote, el Señor dijo a Moisés y al sacerdote Eleazar, hijo de Aarón: (Números 26, 1)

  • Fueron ellas, precisamente, las que por consejo de Balaán sedujeron a los israelitas, apartándolos del Señor en el caso de Fegor, lo cual dio ocasión al azote que pesó sobre la comunidad de Israel. (Números 31, 16)

  • Ordeno, además, que a todo aquel que no cumpla este edicto se arranque una viga de su casa, se le amarre a ella y se le azote, y su casa sea reducida por este delito a un montón de escombros. (Esdras 6, 11)

  • Del azote de la lengua estarás a cubierto, y no temerás el peligro inminente. (Job 5, 21)

  • Si un azote acarrea la muerte de improviso, él se ríe de la angustia de los inocentes. (Job 9, 23)

  • Grito de espanto resuena en sus oídos; mientras vive en paz, el azote lo sorprende. (Job 15, 21)

  • Tomad, pues, siete becerros, presentaos a mi siervo Job y ofrecedlos en holocausto por vosotros. Mi siervo Job intercederá por vosotros, y yo, por consideración a él, no os infligiré mi azote por no haber hablado rectamente de mí como mi siervo Job". (Job 42, 8)

  • ni la peste que avanza en las tinieblas ni el azote que asola al mediodía. (Salmos 91, 6)

  • Porque pronto un hombre irreprochable vino como adalid, empuñando las armas de su propio ministerio, la oración y el incienso expiatorio, y resistió la cólera y puso fin al azote, mostrando así que era siervo tuyo. (Sabiduría 18, 21)

  • ¿Quién aplicará el azote a mis pensamientos, y la disciplina de la sabiduría a mi corazón sin disimular mis errores, para que no incurra en pecados? (Eclesiástico 23, 2)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina