Encontrados 13 resultados para: agotado

  • Un día Jacob se había preparado un potaje, y Esaú volvía del campo; estaba agotado, y (Génesis 25, 29)

  • dijo a Jacob: "Déjame comer eso rojo que tienes ahí, pues estoy agotado". (Por esto se le llamó Edón). (Génesis 25, 30)

  • Pero Yael, mujer de Jéber, tomó un clavo de la tienda y un martillo, y se acercó silenciosamente a él y le clavó en la sien el clavo, que llegó hasta la tierra. Sísara estaba profundamente dormido, agotado de cansancio, y murió. (Jueces 4, 21)

  • agotado, totalmente deshecho, el gemir de mi corazón se hace un rugido. (Salmos 38, 9)

  • ¿Se habrá agotado su gracia para siempre?, ¿se acabó su promesa por todas las edades?; (Salmos 77, 9)

  • En pleno camino ha agotado mis fuerzas, ha acortado mis días; (Salmos 102, 24)

  • Se ha agotado el vino, se ha marchitado la viña; gimen todos los que tenían el corazón alegre. (Isaías 24, 7)

  • El forjador trabaja al fuego y da forma a su obra a martillazos; la trabaja a fuerza de brazos; siente hambre, está agotado; no bebe agua, está extenuado. (Isaías 44, 12)

  • Yo me decía: No pensaré más en él, no hablaré más en su nombre. Pero había en mi corazón como un fuego abrasador encerrado en mis huesos; me he agotado en contenerlo y no lo he podido soportar. (Jeremías 20, 9)

  • Tú dices: ¡Ay de mí, pues el Señor acumula en mí penas y dolores! Estoy agotado de gemir y no encuentro alivio. (Jeremías 45, 3)

  • Las bondades del Señor no se han acabado, ni se han agotado sus misericordias. (Lamentaciones 3, 22)

  • Este rey actuará a placer; se hará orgulloso hasta engreírse por encima de toda divinidad; dirá cosas monstruosas contra el Dios de los dioses y prosperará hasta que se haya agotado la cólera, porque lo que está decidido se cumplirá. (Daniel 11, 36)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina