Encontrados 19 resultados para: vosotras
Vosotras sabéis que he servido a vuestro padre con todas mis fuerzas; (Génesis 31, 6)
Noemí dijo a sus dos nueras: «Andad, volveos cada una a casa de vuestra madre. Que Yahveh tenga piedad con vosotras como vosotras la habéis tenido con los que murieron y conmigo. (Rut 1, 8)
Montañas de Gelboé: Ni lluvia ni rocío sobre vosotras, campos de perfidia, porque allí fue deshonrado el escudo de los héroes. (II Samuel 1, 21)
Así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: Vosotros y vuestras mujeres hablasteis con vuestras bocas, y con vuestras manos cumplisteis lo dicho: "Sin falta realizaremos los votos que hicimos de quemar incienso a la Reina de los Cielos y de hacerle libaciones." Mantened, pues, vosotras vuestros votos y realizad vuestros votos sin falta. (Jeremías 44, 25)
Dirás: Así dice el Señor Yahveh: ¡Ay de aquellas que cosen bandas para todos los puños, que hacen velos para cabezas de todas las tallas, con ánimo de atrapar a las almas! Vosotras atrapáis a las almas de mi pueblo, ¿y vais a asegurar la vida de vuestras propias almas? (Ezequiel 13, 18)
Por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que tu hermana Sodoma y sus hijas no obraron como habéis obrado vosotras, tú y tus hijas. (Ezequiel 16, 48)
Se hará recaer sobre vosotras vuestra inmoralidad, cargaréis con los pecados cometidos con vuestras basuras, y sabréis que yo soy el Señor Yahveh. (Ezequiel 23, 49)
En cuanto a vosotras, ovejas mías, así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío. (Ezequiel 34, 17)
Puesto que vosotras habéis empujado con el flanco y con el lomo y habéis topado con los cuernos a todas las ovejas más débiles hasta dispersarlas fuera, (Ezequiel 34, 21)
Vosotras, ovejas mías, sois el rebaño humano que yo apaciento, y yo soy vuestro Dios, oráculo del Señor Yahveh. (Ezequiel 34, 31)
El Señor Yahveh ha jurado pro su santidad: He aquí que vienen días sobre vosotras en que se os izará con ganchos, y, hasta las últimas, con anzuelos de pescar. (Amós 4, 2)
«¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. (Mateo 11, 21)