Encontrados 15 resultados para: plantas

  • Tú le llevas y le plantas en el monte de tu herencia, hasta el lugar que tú te has preparado para tu sede, ¡oh Yahveh! Al santuario, Adonay, que tus manos prepararon. (Exodo 15, 17)

  • De entre los cuadrúpedos os serán impuros todos los que andan sobre las plantas de sus pies. El que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 11, 27)

  • En cuanto las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Yahveh, Señor de toda la tierra, pisen las aguas del Jordán, las aguas del Jordán las que vienen de arriba, quedarán cortadas y se pararán formando un solo bloque.» (Josué 3, 13)

  • Cuando los sacerdotes portadores del arca de la alianza de Yahveh salieron del Jordán, apenas las plantas de sus pies tocaron la orilla, las aguas del Jordán volvieron a su cauce y empezaron a correr como antes, por todas sus riberas. (Josué 4, 18)

  • El Dios que la venganza me concede y abate los pueblos a mis plantas. (II Samuel 22, 48)

  • Habló sobre las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que brota en el muro; habló de los cuadrúpedos, de las aves, de los reptiles y de los peces. (I Reyes 5, 13)

  • pues gustoso besaría las plantas de sus pies por la salvación de Israel. (Ester 13, 13)

  • el Dios que la venganza me concede y abate los pueblos a mis plantas! (Salmos 18, 48)

  • la hierba haces brotar para el ganado, y las plantas para el uso del hombre, para que saque de la tierra el pan, (Salmos 104, 14)

  • Sean nuestros hijos como plantas florecientes en su juventud, nuestras hijas como columnas angulares, esculpidas como las de un palacio; (Salmos 144, 12)

  • El que cubre de nubes los cielos, el que lluvia a la tierra prepara, el que hace germinar en los montes la hierba, y las plantas para usos del hombre, (Salmos 147, 8)

  • la naturaleza de los animales y los instintos de las fieras, el poder de los espíritus y los pensamientos de los hombres, las variedades de las plantas y las virtudes de las raíces. (Sabiduría 7, 20)


“Há duas razões principais para se orar com muita satisfação: primeiro para render a Deus a honra e a glória que Lhe são devidas. Segundo, para falar com São Padre Pio de Pietrelcina