Encontrados 10 resultados para: oigáis

  • Cuando el cuerno de carnero suene (cuando oigáis la voz de la trompeta), todo el pueblo prorrumpirá en un gran clamoreo y el muro de la ciudad se vendrá abajo. Y el pueblo se lanzará al asalto cada uno por frente a sí.» (Josué 6, 5)

  • Envió Absalón mensajeros a todas las tribus de Israel diciendo: «Cuando oigáis sonar el cuerno decid: «¡Absalón se ha proclamado rey en Hebrón!» (II Samuel 15, 10)

  • corred a reuniros con nosotros al lugar donde oigáis el sonido del cuerno, y nuestro Dios combatira por nosotros.» (Nehemías 4, 14)

  • Vosotros, pues, no oigáis a vuestros profetas, adivinos, soñadores, augures ni hechiceros que os hablan diciendo: "No serviréis al rey de Babilonia", (Jeremías 27, 9)

  • ¡No oigáis, pues, las palabras de los profetas que os dicen: "No serviréis al rey de Babilonia", porque cosa falsa os profetizan, (Jeremías 27, 14)

  • Y a los sacerdotes y a todo este pueblo les hablé diciendo: «Así dice Yahveh: No oigáis las palabras de vuestros profetas que os profetizan diciendo: "He aquí que el ajuar de la Casa de Yahveh va a ser devuelto de Babilonia en seguida", porque cosa falsa os profetizan. (Jeremías 27, 16)

  • En el momento en que oigáis el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, os postraréis y adoraréis la estatua de oro que ha erigido el rey Nabucodonosor. (Daniel 3, 5)

  • ¿Estáis dispuestos ahora, cuando oigáis sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, a postraros y adorar la estatua que yo he hecho? Si no la adoráis, seréis inmediatamente arrojados en el horno de fuego ardiente; y ¿qué dios os podrá librar de mis manos?» (Daniel 3, 15)

  • Cuando oigáis hablar de guerras y de rumores de guerras, no os alarméis; porque eso es necesario que suceda, pero no es todavía el fin. (Marcos 13, 7)

  • Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato.» (Lucas 21, 9)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina