Encontrados 13 resultados para: leproso

  • se trata de un leproso: es impuro. El sacerdote le declarará impuro; tiene lepra en la cabeza. (Levítico 13, 44)

  • Esta es la ley que ha de aplicarse al leproso en el día de su purificacíon. Se le conducirá al sacerdote, (Levítico 14, 2)

  • y el sacerdote saldrá fuera del campamento; si, tras de haberlo examinado, comprueba que el leproso está ya curado de la llaga de lepra, (Levítico 14, 3)

  • Ningún descendiente de Aarón, que sea leproso o padezca flujo comerá de las cosas sagradas hasta que se purifique. El que toque lo que es impuro por un cadáver, o el que haya tenido un derrame seminal, (Levítico 22, 4)

  • «Manda a los israelitas que echen del campamento a todo leproso, al que padece flujo y a todo impuro por contacto de cadáver. (Números 5, 2)

  • Caiga sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre, nunca falte en la casa de Joab quien padezca flujo de sangre, ni leproso, ni quien ande con cachava, ni quien muera a espada, ni quien carezca de pan.» (II Samuel 3, 29)

  • Yahveh hirió al rey y quedó leproso hasta el día de su muerte. Vivió en una casa aislada, y Jotam, hijo del rey, estaba al frente de la casa y administraba justicia al pueblo de la tierra. (II Reyes 15, 5)

  • El rey Ozías, quedó leproso hasta el día de su muerte, y habitó en una casa aislada, como leproso, porque había sido excluido de la Casa de Yahveh; su hijo Jotam estaba al frente de la casa del rey y administraba justicia al pueblo de la tierra. (II Crónicas 26, 21)

  • Acostose Ozías con sus padres y lo sepultaron con sus padres en el campo de los sepuclros de los reyes, porque decían: «Es un leproso.» En su lugar reinó su hijo Jotam. (II Crónicas 26, 23)

  • En esto, un leproso se acercó y se postró ante él, diciendo: «Señor, si quieres puedes limpiarme.» (Mateo 8, 2)

  • Hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, (Mateo 26, 6)

  • Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme.» (Marcos 1, 40)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina