Encontrados 95 resultados para: largo

  • Levántate, recorre el país a lo largo y a lo ancho, porque a ti te lo he de dar.» (Génesis 13, 17)

  • y dijo: «Señor mío, si te he caído en gracia, ea, no pases de largo cerca de tu servidor. (Génesis 18, 3)

  • Ya llevaba largo tiempo allí, cuando aconteció que Abimélek, rey de los filisteos, atisbando por una ventana, observó que Isaac estaba solazándose con su mujer Rebeca. (Génesis 26, 8)

  • Durante este largo período murió el rey de Egipto; los israelitas, gimiendo bajo la servidumbre, clamaron, y su clamor, que brotaba del fondo de su esclavitud, subió a Dios. (Exodo 2, 23)

  • La sangre será vuestra señal en las casas donde moráis. Cuando yo vea la sangre pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora cuando yo hiera el país de Egipto. (Exodo 12, 13)

  • Yahveh pasará y herirá a los egipcios, pero al ver la sangre en el dintel y en las dos jambas, Yahveh pasará de largo por aquella puerta y no permitirá que el Exterminador entre en vuestras casas para herir. (Exodo 12, 23)

  • responderéis: "Este es el sacrificio de la Pascua de Yahveh, que pasó de largo por las casas de los israelitas en Egipto cuando hirió a los egipcios y salvó nuestras casas."» Entonces el pueblo se postró para adorar. (Exodo 12, 27)

  • Harás un arca de madera de acacia de dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y codo y medio de alto. (Exodo 25, 10)

  • Harás asimismo uno propiciatorio de oro puro, de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho. (Exodo 25, 17)

  • Harás una mesa de madera de acacia, de dos codos de largo, uno de ancho, y codo y medio de alto. (Exodo 25, 23)

  • Cada tablero tendrá diez codos de largo y codo y medio de ancho. (Exodo 26, 16)

  • Harás el altar de madera de acacia de cinco codos de largo y cinco de ancho; será cuadrado y tendrá tres codos de alto. (Exodo 27, 1)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina