Encontrados 20 resultados para: jebuseo

  • al jebuseo, al amorreo, al guirgasita, (Génesis 10, 16)

  • Enviaré delante de ti un ángel y expulsaré al cananeo, al amorreo, al hitita, al perizita, al jivita y al jebuseo. (Exodo 33, 2)

  • Observa bien lo que hoy te mando. He aquí que voy a expulsar delante de ti al amorreo, al cananeo, al hitita, al perizita, al jivita y al jebuseo. (Exodo 34, 11)

  • El amalecita ocupa la región del Négueb; el hitita, el amorreo y el jebuseo ocupan la montaña; el cananeo, la orilla del mar y la ribera del Jordán.» (Números 13, 29)

  • Y dijo Josué: «En esto conoceréis que el Dios vivo está en medio de vosotros y que arrojará ciertamente de delante de vosotros al cananeo, al hitita, al jivita, al perizita, al guirgasita, al amorreo y al jebuseo. (Josué 3, 10)

  • El cananeo estaba al oriente y al occidente; el amorreo, el jivita, el perizita y el jebuseo en la montaña; el hitita en las faldas del Hermón, en el país de Mispá. (Josué 11, 3)

  • Subía después por el valle de Ben Hinnom, por el sur, al Hombro del Jebuseo, es decir, Jerusalén; subía el límite por el oeste a la cima del monte que hay frente al valle de Hinnom, al extremo norte del valle de los Refaím. (Josué 15, 8)

  • luego bajaba hacia el extremo del monte que está frente al valle de Ben Hinnom, al norte del valle de Refaím, bajaba al valle de Hinnom por el flanco sur del jebuseo y seguía bajando hasta En Roguel. (Josué 18, 16)

  • Sela Haalef, el Jebuseo, es decir Jerusalén, Guibeá y Quiryat: catorce ciudades con sus aldeas. Esa fue la heredad de los hijos de Benjamín, por clanes. (Josué 18, 28)

  • El ángel extendió la mano hacia Jerusalén para destruirla, pero Yahveh se arrepintió del estrago y dijo al ángel que exterminaba el pueblo: «¡Basta ya! Retira tu mano.» El ángel de Yahveh estaba entonces junto a la era de Arauná el jebuseo. (II Samuel 24, 16)

  • Vino Gad aquel día donde David y le dijo: «Sube y levanta un altar a Yahveh en la era de Arauná el jebuseo.» (II Samuel 24, 18)

  • y al jebuseo, al amorreo, al guirgasita, (I Crónicas 1, 14)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina