Encontrados 12 resultados para: hundida

  • El sacerdote examinará la llaga en la piel de la carne; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y la llaga parece más hundida que la piel de su carne, es llaga de lepra; cuando el sacerdote lo haya comprobado, le declarará impuro. (Levítico 13, 3)

  • Mas si hay en la piel de su carne una mancha blancuzca brillante sin que parezca más hundida que la piel, y sin que el pelo se haya vuelto blanco, el sacerdote recluirá durante siete días al afectado. (Levítico 13, 4)

  • El sacerdote lo examinará, y si la mancha parece más hundida que la piel y su pelo se ha vuelto blanco, el sacerdote lo declarará impuro. Es llaga de lepra que se ha producido en el divieso. (Levítico 13, 20)

  • Pero si el sacerdote ve que no hay en ella pelo blanco, ni está más hundida que la piel, y que ha perdido color, le recluirá por siete días. (Levítico 13, 21)

  • el sacerdote la examinará; y si el pelo se ha vuelto blanco en la mancha blanca y ésta aparece más hundida que la piel, es que se ha producido lepra en la quemadura. El sacerdote lo declarará impuro; es un caso de lepra. (Levítico 13, 25)

  • Si, en cambio, el sacerdote observa que en la mancha no aparece pelo blanco, que no está más hundida que la piel y que ha perdido color, lo recluirá siete días. (Levítico 13, 26)

  • el sacerdote examinará la llaga, y si ésta aparece más hundida que la piel, y si hay en ella pelo amarillento y más ralo, el sacerdote lo declarará impuro; es tiña, o sea, lepra de la cabeza o de la barbilla. (Levítico 13, 30)

  • Mas si el sacerdote ve que la llaga de tiña no aparece más hundida que la piel, y que no hay en ella pelo amarillento, recluirá al afectado por la tiña durante siete días. (Levítico 13, 31)

  • Al séptimo, el sacerdote examinará el mal, y si no se ha extendido la tiña, ni hay en ella pelo amarillento, ni la llaga aparece más hundida que la piel, (Levítico 13, 32)

  • Al séptimo día el sacerdote lo examinará y si no se ha extendido la llaga por la piel, ni aparece más hundida que la piel, le declarará puro; lavará sus vestidos y quedará puro. (Levítico 13, 34)

  • Pues nuestra alma está hundida en el polvo, pegado a la tierra nuestro vientre. (Salmos 44, 26)

  • - La selva será abatida y la ciudad hundida. (Isaías 32, 19)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina