Encontrados 13 resultados para: abandonará
porque Yahveh tu Dios es un Dios misericordioso: no te abandonará ni te destruirá, y no se olvidará de la alianza que con juramento concluyó con tus padres. (Deuteronomio 4, 31)
¡Sed fuertes y valerosos!, no temáis ni os asustéis ante ellos, porque Yahveh tu Dios marcha contigo: no te dejará ni te abandonará.» (Deuteronomio 31, 6)
Yahveh marchará delante de ti, él estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas ni te asustes.» (Deuteronomio 31, 8)
Yahveh dijo a Moisés: «He aquí que vas a acostarte con tus padres, y este pueblo se levantará para prostituirse yendo en pos de dioses extraños, los de la tierra en la que va a entrar. Me abandonará y romperá mi alianza, que yo he concluido con él. (Deuteronomio 31, 16)
el cual salió al encuentro de Asá y le dijo: «¡Oídme vosotros, Asá y todo Judá y Benjamín! Yahveh estará con vosotros mientras vosotros estéis con él; si le buscáis, se dejará hallar de vosotros; pero si le abandonáis, os abandonará. (II Crónicas 15, 2)
Entonces el espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá que, presentándose delante del pueblo, les dijo: «Así dice Dios: ¿Por qué traspasáis los mandamientos de Yahveh? No tendréis éxito; pues por haber abandonado a Yahveh, él os abandonará a vosotros.» (II Crónicas 24, 20)
Pues Yahveh no dejará a su pueblo, no abandonará a su heredad; (Salmos 94, 14)
y abandonara cada uno sus peculiares costumbres. Los gentiles acataron todos el edicto real (I Macabeos 1, 42)
Antíoco creía que se le despreciaba a él y sospechaba que eran palabras injuriosas. Mientras el menor seguía con vida, no sólo trataba de ganarle con palabras, sino hasta con juramentos le prometía hacerle rico y muy feliz, con tal de que abandonara las tradiciones de sus padres; le haría su amigo y le confiaría altos cargos. (II Macabeos 7, 24)
Que si él se descarría, le abandonará, y le dejará a merced de su propia caída. (Eclesiástico 4, 19)
Si le eres útil, se servirá de ti, si eres torpe, te abandonará. (Eclesiástico 13, 4)
Aterrado, abandonará su tropa, y sus jefes espantados abandonarán su estandarte. Oráculo de Yahveh, que tiene fuego en Sión, y horno en Jerusalén. (Isaías 31, 9)