Encontrados 53 resultados para: último

  • interponiendo tres jornadas de camino entre él y Jacob. Este último apacentaba el resto del rebaño de Labán. (Génesis 30, 36)

  • Acercóse también Lía con sus niños, y se inclinaron. Y por último se acercaron José y Raquel y se inclinaron. (Génesis 33, 7)

  • Por último, José dijo a sus hermanos: «Yo muero, pero Dios se ocupará sin falta de vosotros y os hará subir de este país al país que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob.» (Génesis 50, 24)

  • Pondrás cincuenta lazos en el primer tapiz y otros cincuenta en el borde del último tapiz del segundo conjunto, correspondiéndose los lazos unos a otros. (Exodo 26, 5)

  • Puso cincuenta lazos en el primer tapiz y otros cincuenta en el borde del último tapiz del segundo conjunto, correspondiéndose los lazos unos a otros. (Exodo 36, 12)

  • (Og, rey de Basán, era el último superviviente de los refaítas: su lecho es el lecho de hierro que se halla en Rabbá de los ammonitas, de nueve codos de largo por cuatro de ancho, en codos corrientes. (Deuteronomio 3, 11)

  • y dentro de Basán todo el reino de Og, que había reinado en Astarot y en Edreí, y era último residuo de los Refaím. Moisés los había batido y desposeído. (Josué 13, 12)

  • Le respondió Gedeón: «Perdón, señor mío, ¿cómo voy a salvar yo a Israel? Mi clan es el más pobre de Manasés y yo el último en la casa de mi padre.» (Jueces 6, 15)

  • El dijo: «Bendita seas de Yahveh, hija mía; tu último acto de piedad filial ha sido mejor que el primero, porque no has pretendido a ningún joven, pobre o rico. (Rut 3, 10)

  • Esdras leyó en el libro de la Ley de Dios diariamente, desde el primer día al último. Durante siete días, se celebró fiesta; al octavo tuvo lugar, según la norma, una asamblea solemne. (Nehemías 8, 18)

  • Mas los ojos de los malvados languidecen, todo refugio les fracasa; su esperanza es el último suspiro. (Job 11, 20)

  • Yo sé que mi Defensor está vivo, y que él, el último, se levantará sobre el polvo. (Job 19, 25)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina