Encontrados 230 resultados para: �Gracia

  • Pero Noé halló gracia a los ojos de Yahveh. (Génesis 6, 8)

  • Di, por favor, que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por causa tuya, y viva yo en gracia a ti.» (Génesis 12, 13)

  • y dijo: «Señor mío, si te he caído en gracia, ea, no pases de largo cerca de tu servidor. (Génesis 18, 3)

  • Respondió: Tampoco haría destrucción en gracia de los veinte.» Insistió: «Vaya, no se enfade mi Señor, que ya sólo hablaré esta vez: "¿Y si se encuentran allí diez?"» Dijo: «Tampoco haría destrucción, en gracia de los diez.» (Génesis 18, 32)

  • Ya que este servidor tuyo te ha caído en gracia, y me has hecho el gran favor de dejarme con vida, mira que no puedo escaparme al monte sin riesgo de que me alcance el daño y la muerte. (Génesis 19, 19)

  • Me hice con bueyes, asnos, ovejas, siervos y siervas; y ahora mando a avisar a mi señor, para hallar gracia a sus ojos.» (Génesis 32, 6)

  • Dijo Esaú: «Entonces voy a destacar contigo a parte de la gente que me acompaña.» - «¿Para qué tal? Con que halle yo gracia a los ojos de mi señor...» (Génesis 33, 15)

  • Dijeron ellos: «Nos has salvado la vida. Hallemos gracia a los ojos de mi señor, y seremos siervos de Faraón.» (Génesis 47, 25)

  • Cuando los días de Israel tocaron a su fin, llamó a su hijo José y le dijo: «Si he hallado gracia a tus ojos, pon tu mano debajo de mi muslo y hazme este favor y lealtad: No me sepultes en Egipto. (Génesis 47, 29)

  • Transcurridos los días de luto por él, habló José a la casa de Faraón en estos términos: «Si he hallado gracia a vuestros ojos, por favor, haced llegar a oídos de Faraón esta palabra: (Génesis 50, 4)

  • «Yo haré que este pueblo halle gracia a los ojos de los egipcios, de modo que cuando partáis, no saldréis con las manos vacías, (Exodo 3, 21)

  • Dijo Moisés a Yahveh: «Mira, tú me dices: Haz subir a este pueblo; pero no me has indicado a quién enviarás conmigo; a pesar de que me has dicho: "Te conozco por tu nombre", y también: "Has hallado gracia a mis ojos." (Exodo 33, 12)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina