Encontrados 41 resultados para: vigor

  • ¡Tú, Rubén, mi primogénito, mi fuerza y el primer fruto de mi vigor, el primero en dignidad, y el primero en poder! (Génesis 49, 3)

  • Él deberá reconocer como primogénito al hijo de la mujer que no ama, dándole dos partes de todo lo que posee, porque este hijo es el primer fruto de su vigor, y por eso le corresponde el derecho de primogenitura. (Deuteronomio 21, 17)

  • Cuando murió, Moisés tenía ciento veinte años, pero sus ojos no se habían debilitado, ni había disminuido su vigor. (Deuteronomio 34, 7)

  • El arco de los valientes se ha quebrado, y los vacilantes se ciñen de vigor; (I Samuel 2, 4)

  • Tobit salió al encuentro de su nuera hasta las puertas de Nínive, bendiciendo a Dios lleno de alegría. Al verlo caminar con todo su vigor, sin la ayuda de nadie, los habitantes de Nínive quedaron maravillados. Tobit proclamaba delante de todos que Dios había tenido misericordia de él y le había devuelto la vista. (Tobías 11, 16)

  • Él les preguntó: "Díganme, cananeos, ¿qué pueblo es ese que vive en la montaña? ¿Cuáles son las ciudades que habita y los efectivos de su ejército? ¿De dónde proceden su vigor y su fuerza, y quién es el rey que los gobierna y dirige sus ejércitos? (Judit 5, 3)

  • "No nos dejaremos amedrentar por los israelitas, exclamaban, porque son gente sin fortaleza ni vigor, incapaz de oponer una tenaz resistencia. (Judit 5, 23)

  • Mira que los asirios, colmados de poderío, se glorían de sus caballos y sus jinetes, se enorgullecen del vigor de sus soldados, confían en sus escudos y sus lanzas, en sus arcos y sus hondas, y no reconocen que tú eres el Señor, el que pone fin a las guerras. (Judit 9, 7)

  • Llegarás a la tumba lleno de vigor como se levanta una parva a su debido tiempo. (Job 5, 26)

  • Su vigor se convierte en hambre y la ruina permanece a su lado; (Job 18, 12)

  • El vigor juvenil que llenaba sus huesos yace con él en el polvo. (Job 20, 11)

  • Uno muere en la plenitud de su vigor, enteramente feliz y tranquilo, (Job 21, 23)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina