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  • Y por más que ella lo instigaba día tras día, él no accedió a acostarse con ella y a ser su amante. (Génesis 39, 10)

  • De todas maneras, tu hermano estará al servicio del comprador año tras año, como si fuera un asalariado; y no permitas que él lo trate despóticamente ante tus mismos ojos. (Levítico 25, 53)

  • Los príncipes de Isacar están con Débora: sí, Isacar, firme junto a Barac, se lanza tras sus pasos en el valle. Junto a los arroyos de Rubén hay grandes deliberaciones. (Jueces 5, 15)

  • Así sucedía año tras año: cada vez que ella subía a la Casa del Señor, la otra la afligía de la misma manera. Entonces Ana se ponía a llorar y no quería comer. (I Samuel 1, 7)

  • Y cada uno aportaba sus presentes: objetos de plata y oro, trajes, armas, perfumes, caballos y mulas. Así, año tras año. (I Reyes 10, 25)

  • Día tras día David recibía refuerzos, de manera que su campamento llegó a ser enormemente grande. (I Crónicas 12, 23)

  • Cante al Señor toda la tierra, día tras día, proclamen su victoria. (I Crónicas 16, 23)

  • Y cada uno aportaba sus presentes: objetos de plata y oro, trajes, armas, perfumes, caballos y mulas. Así, año tras año. (II Crónicas 9, 24)

  • Tú mismo padecerás muchas dolencias, y una enfermedad maligna te irá carcomiendo las entrañas día tras día". (II Crónicas 21, 15)

  • Día tras día, desde el primer día de la semana hasta el último, se leyó el libro de la Ley de Dios. Durante siete días se celebró la Fiesta, y al octavo día hubo una asamblea solemne, como está establecido. (Nehemías 8, 18)

  • En cuanto a la ofrenda de leña, los sacerdotes, los levitas y el pueblo hemos echado suertes para que cada una de nuestras familias la traiga por turno a la Casa de nuestro Dios, en los tiempos fijados, año tras año, a fin de que arda en el altar del Señor, nuestro Dios, como está escrito en la Ley. (Nehemías 10, 35)

  • Nos obligamos asimismo a traer a la Casa del Señor, año tras año, los primeros frutos de nuestro suelo, las primicias de todos los árboles frutales (Nehemías 10, 36)


“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina