Encontrados 11 resultados para: sueldo
Él les respondió: "Micá me ha tratado así y así; me ha tomado a sueldo y yo soy su sacerdote". (Jueces 18, 4)
Tobit le dijo: "Él me dio un recibo y yo le di otro; lo dividí en dos partes, cada uno tomó la suya y yo puse mi parte con el dinero. Ya hace veinte años que deposité esa suma. Ahora, hijo mío, busca una persona de confianza para que te acompañe; le pagaremos un sueldo hasta que vuelvas. Ve entonces a recuperar ese dinero". (Tobías 5, 3)
Tobías le dijo: "Espérame, amigo, mientras voy a avisar a mi padre, porque necesito que vengas conmigo. Yo te pagaré tu sueldo". (Tobías 5, 7)
El ángel entró en la casa, Tobit lo saludó primero y aquel le respondió: "Mis parabienes, hermano". Pero Tobit le dijo: "¿Qué alegría puedo tener? Estoy ciego, no veo más la luz del sol y me encuentro sumergido en la oscuridad, como los muertos que ya no contemplan la luz. Estoy enterrado en vida; oigo la voz de los hombres, pero no los veo". El ángel le dijo: "¡Ánimo! Dios te curará pronto". Tobit añadió: "Mi hijo Tobías desea ir a Media. ¿Podrías tú acompañarlo como guía? Yo te pagaré un sueldo, hermano". El ángel le respondió: "Estoy dispuesto a acompañarlo. Conozco todos los caminos; he ido varias veces a Media, he atravesado todas sus llanuras y conozco muy bien los senderos de sus montañas". (Tobías 5, 10)
Luego siguió diciendo: "Te pagaré como sueldo una dracma diaria, y tendrás todo lo que necesites, lo mismo que mi hijo. (Tobías 5, 15)
Abrió su tesoro y pagó a las tropas el sueldo de un año, ordenándoles que estuvieran preparadas para cualquier eventualidad. (I Macabeos 3, 28)
En los ejércitos del rey se alistarán hasta treinta mil judíos que percibirán el mismo sueldo que las demás tropas del rey. (I Macabeos 10, 36)
surgió Simón y combatió por su pueblo. Él invirtió gran parte de su fortuna en equipar a los soldados de su nación y pagarles el sueldo; (I Macabeos 14, 32)
Arquero que hiere a todos los que pasan es el que toma a sueldo a un insensato o a un borracho. (Proverbios 26, 10)
Sus jueces juzgan por regalos, sus sacerdotes instruyen por un sueldo, sus profetas adivinan por dinero, y todavía se apoyan en el Señor, diciendo: "¿No está el Señor en medio de nosotros? ¡No nos puede pasar nada malo!". (Miqueas 3, 11)
A su vez, unos soldados le preguntaron: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?». Juan les respondió: «No extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo». (Lucas 3, 14)