Encontrados 34 resultados para: sala
Samuel llevó consigo a Saúl y a su servidor, los hizo entrar en la sala y les asignó un puesto especial, a la cabecera de los invitados, que eran unos treinta. (I Samuel 9, 22)
Construyó la sala llamada Bosque del Líbano, que medía cincuenta metros de largo, veinticinco de ancho y quince de alto. Estaba asentada sobre cuatro hileras de columnas de cedro, con tirantes de cedro sobre las columnas. (I Reyes 7, 2)
Hizo la sala del trono donde administraba justicia -la Sala del juicio- que estaba revestida de cedro desde el suelo hasta los postes del artesonado. (I Reyes 7, 7)
y trescientos escudos más pequeños, también de oro trabajado a martillo, empleando para cada uno treinta minas de oro. Luego el rey los ubicó en la sala llamada Bosque del Líbano. (I Reyes 10, 17)
Toda la vajilla del rey Salomón era de oro, y todo el mobiliario de la sala llamada Bosque del Líbano, de oro fino; no se usaba la plata, a la que en tiempos de Salomón no se la tenía en cuenta para nada. (I Reyes 10, 21)
Cada vez que el rey iba a la Casa del Señor, los guardias los llevaban, y luego los volvían a dejar en la sala de guardia. (I Reyes 14, 28)
La comunidad de profetas dijo a Eliseo: "La sala donde nos reunimos a escucharte es demasiado estrecha para nosotros. (II Reyes 6, 1)
Vayamos hasta el Jordán; allí tomaremos cada uno un poste y haremos una sala donde podremos sentarnos". Él respondió: "Vayan". (II Reyes 6, 2)
Pero Josebá, hija del rey Jorám y hermana de Ocozías, tomó a Joás, hijo de Ocozías, lo sacó secretamente de en medio de los hijos del rey que iban a ser masacrados, y lo puso con su nodriza en la sala que servía de dormitorio. Así lo ocultó a los ojos de Atalía y no lo mataron. (II Reyes 11, 2)
Ezequías se alegró de esto, y mostró a los emisarios la sala del tesoro, la plata, el oro, los perfumes, el aceite precioso, su arsenal y todo lo que se encontraba en sus depósitos. De todo lo que había en su palacio y en sus dominios, no quedó nada que Ezequías no les hiciera ver. (II Reyes 20, 13)
y trescientos escudos más pequeños, también de oro trabajado a martillo, empleando para cada uno trescientos siclos de oro. Luego el rey los ubicó en la sala llamada Bosque del Líbano. (II Crónicas 9, 16)
Toda la vajilla del rey Salomón era de oro, y todo el mobiliario de la sala llamada Bosque del Líbano, de oro fino; no se usaba la plata, a la que en tiempos de Salomón no se la tenía en cuenta para nada. (II Crónicas 9, 20)