Encontrados 13 resultados para: rescatar

  • Cuando Judá le envió el chivito por medio de su amigo, el adulamita, para rescatar la prenda que había quedado en manos de la mujer, este no pudo encontrarla. (Génesis 38, 20)

  • y si alguien quiere rescatar el animal, tendrá que añadir un quinto más a la suma establecida. (Levítico 27, 13)

  • Si el que consagró su campo lo quiere rescatar, tendrá que añadir un quinto a la suma en que ha sido tasado, y así volverá a ser suyo. (Levítico 27, 19)

  • Si un hombre quiere rescatar alguna parte de sus diezmos, deberá añadir un quinto de su valor. (Levítico 27, 31)

  • Nadie deberá seleccionar entre lo bueno y lo malo, o sustituir uno por otro. Si hace el cambio, tanto el animal ofrecido como su sustituto serán una cosa sagrada, y no se los podrá rescatar. (Levítico 27, 33)

  • También lo serán los primogénitos, tanto de hombres como de animales, ofrecidos al Señor. Pero harás rescatar los primogénitos de los hombres y los primogénitos de los animales impuros. (Números 18, 15)

  • Los harás rescatar dentro del mes de su nacimiento, tomando como precio por el rescate cinco siclos -en siclos del Santuario- que equivalen a veinte gueras. (Números 18, 16)

  • ¿Y quién es como tu pueblo, como Israel, la única nación sobre la tierra a quien Dios fue a rescatar para hacerla su pueblo y darle un nombre? Tú has realizado en su favor cosas grandes y terribles, expulsando a las naciones y a sus dioses delante del pueblo que rescataste de Egipto. (II Samuel 7, 23)

  • ¿Y hay sobre la tierra una sola nación como tu pueblo Israel, ese pueblo a quien el mismo Dios fue a rescatar para sí, a fin de hacerse un nombre grande y temible, expulsando a naciones enteras ante el pueblo que rescataste de Egipto? (I Crónicas 17, 21)

  • Aquel día, el Señor alzará otra vez su mano para rescatar al resto de su pueblo, a los que hayan quedado de Asiria y de Egipto, de Patrós, de Cus, de Elám, de Senaar, de Jamat y de las costas del mar. (Isaías 11, 11)

  • ¿Por qué no había nadie cuando vine ni respondió nadie cuando llamé? ¿Será demasiado corta mi mano para rescatar? ¿No tengo fuerza para librar? Yo, con una amenaza, seco el mar y hago de los ríos un desierto; sus peces se pudren por falta de agua y se mueren de sed. (Isaías 50, 2)

  • que se entregó a sí mismo para rescatar a todos. Este es el testimonio que él dio a su debido tiempo, (I Timoteo 2, 6)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina