Encontrados 22 resultados para: mirar
Él se unió con Agar y ella concibió un hijo. Al ver que estaba embarazada, comenzó a mirar con desprecio a su dueña. (Génesis 16, 4)
Ya hacía bastante tiempo que se encontraba allí, cuando Abimélec, el rey de los filisteos, al mirar por la ventana, vio que Isaac estaba acariciando a su esposa Rebeca. (Génesis 26, 8)
Dina, la hija que Lía había dado a Jacob, salió una vez a mirar a las mujeres del país. (Génesis 34, 1)
Cuando el Señor vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó desde la zarza, diciendo: "¡Moisés, Moisés!". "Aquí estoy", respondió él. (Exodo 3, 4)
Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo; y tu vista se consumirá de tanto mirar hacia ellos, pero no podrás hacer nada. (Deuteronomio 28, 32)
Pero la columna de humo empezó a levantarse desde la ciudad, y Benjamín, al mirar atrás, vio que la ciudad entera subía en llamas hacia el cielo. (Jueces 20, 40)
Abner le insistió, diciendo: "¡Deja de seguirme! ¿O tendré que dejarte tendido de un golpe? ¿Y cómo podría luego mirar de frente a tu hermano Joab?". (II Samuel 2, 22)
Pero ella replicaba: "Déjame, no trates de engañarme. Mi hijo ha muerto". Y todos los días salía a mirar el camino por donde se había ido su hijo, porque no se fiaba de nadie. Al caer la tarde, entraba en su casa y pasaba las noches llorando y lamentándose sin poder dormir. Cuando pasaron los catorce días de fiesta que Ragüel había prometido celebrar en honor de su hija, Tobías fue a decirle: "Déjame partir, porque seguramente mi padre y mi madre piensan que ya no volverán a verme. Te ruego, padre, que me dejes volver a la casa de mi padre. Ya te dije en qué estado lo dejé". (Tobías 10, 7)
A uno se le partía el alma con solo mirar el rostro del Sumo Sacerdote, porque su aspecto y su palidez revelaban la angustia de su alma. (II Macabeos 3, 16)
Ellos suplicaban al Señor que se dignara mirar a aquel pueblo pisoteado por todos, y se compadeciera del Templo profanado por los impíos. (II Macabeos 8, 2)
se morían de miedo, y hasta rehusaban mirar el aire, del que nadie puede escapar. (Sabiduría 17, 10)
de mirar a una prostituta, y de dar vuelta la cara a un pariente; (Eclesiástico 41, 22)