Encontrados 26 resultados para: merecido

  • pero que no tarda en dar su merecido a aquel que lo aborrece, a él mismo en persona, haciéndolo desaparecer. (Deuteronomio 7, 10)

  • cuando afile mi espada fulgurante y mi mano empuñe la justicia, me vengaré de mis enemigos y daré su merecido a mis adversarios. (Deuteronomio 32, 41)

  • de entre todas las tribus de Israel, tomaremos a diez hombres de cada cien, a cien de cada mil, y a mil de cada diez mil. Ellos recogerán víveres para la tropa, es decir, para los que irán a dar su merecido a Guibeá de Benjamín por la infamia que ha cometido en Israel". (Jueces 20, 10)

  • A pesar de mi unción real, hoy yo me siento desvalido, mientras que estos, los hijos de Seruiá, son más duros que yo. ¡Que el Señor le dé su merecido al que ha hecho el mal!". (II Samuel 3, 39)

  • escucha tú desde el cielo, actúa y juzga a tus servidores: condena al culpable, dándole su merecido, y absuelve al inocente, tratándolo según su justicia. (I Reyes 8, 32)

  • ¿No he visto ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos? -oráculo del Señor-. Yo te daré tu merecido en este mismo campo -oráculo del Señor-. Ahora, levántalo y arrójalo en esta parcela, conforme a la palabra del Señor". (II Reyes 9, 26)

  • escucha tú desde el cielo, actúa y juzga a tus servidores: castiga al culpable, dándole su merecido, y absuelve al inocente, tratándolo según su justicia. (II Crónicas 6, 23)

  • ¿Cuántas veces se extingue su lámpara y la ruina se abate sobre ellos? ¿Cuántas veces en su ira él les da su merecido, (Job 21, 17)

  • Trátalos conforme a sus acciones, como corresponde a su mala conducta; trátalos según la obra de sus manos, págales su merecido. (Salmos 28, 4)

  • Pero tú, Señor, ten piedad de mí; levántame y les daré su merecido. (Salmos 41, 11)

  • ¡Levántate, Juez de la tierra, dales su merecido a los soberbios! (Salmos 94, 2)

  • Dales su merecido a este hombre y a su ejército, y que caigan al filo de la espada. Acuérdate de sus blasfemias y no les des tregua". (I Macabeos 7, 38)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina