Encontrados 12 resultados para: lluvias
yo enviaré las lluvias a su debido tiempo, y así la tierra dará sus productos y las plantas del campo, sus frutos. (Levítico 26, 4)
Rispá, hija de Aiá, tomó una lona y la tendió para poder recostarse sobre la roca. Así estuvo desde el comienzo de la cosecha hasta que las lluvias cayeron del cielo sobre los cadáveres, espantando durante el día a las aves del cielo y durante la noche a las fieras del campo. (II Samuel 21, 10)
pero el pueblo es muy numeroso y estamos en época de lluvias. No podemos permanecer a la intemperie, y además, esto no es cuestión de un día o dos, porque somos muchos los que hemos pecado en esto. (Esdras 10, 13)
Al pasar por el valle árido, lo convierten en un oasis; caen las primeras lluvias, y lo cubren de bendiciones; (Salmos 84, 7)
Porque ya pasó el invierno, cesaron y se fueron las lluvias. (Cantar 2, 11)
Los impíos que rehusaban conocerte fueron golpeados por la fuerza de tu brazo: los acosaron lluvias insólitas, granizadas, aguaceros implacables, y el fuego los consumió. (Sabiduría 16, 16)
Lluvias y rocíos, bendigan al Señor, ¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente! (Daniel 3, 64)
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. (Mateo 7, 25)
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande». (Mateo 7, 27)
Sin embargo, nunca dejó de dar testimonio de sí mismo, prodigando sus beneficios, enviando desde el cielo lluvias y estaciones fecundas, dando el alimento y llenando de alegría los corazones». (Hechos 14, 17)
Cuando la tierra es regada por abundantes lluvias y produce una buena vegetación para los que la cultivan, recibe de Dios su parte de bendición. (Hebreos 6, 7)
Tengan paciencia, hermanos, hasta que llegue el Señor. Miren cómo el sembrador espera el fruto precioso de la tierra, aguardando pacientemente hasta que caigan las lluvias del otoño y de la primavera. (Santiago 5, 7)