Encontrados 11 resultados para: libros

  • Se destruían y arrojaban al fuego los libros de la Ley que se encontraban, (I Macabeos 1, 56)

  • Ahora nosotros, aunque no tenemos necesidad de estas cosas, porque encontramos el consuelo en los Libros santos que están en nuestras manos, (I Macabeos 12, 9)

  • Los mismos hechos se narraban en los archivos y en las Memorias de Nehemías, donde se relataba, además, cómo este fundó una biblioteca, en la que reunió los libros que tratan de los reyes, los libros de los profetas y los de David, así como también las cartas de los reyes sobre las ofrendas. (II Macabeos 2, 13)

  • todo esto ha sido expuesto en cinco libros por Jasón de Cirene, y nosotros intentaremos resumirlo en uno solo. (II Macabeos 2, 23)

  • Una advertencia más, hijo mío: multiplicar los libros es una cosa interminable y estudiar demasiado deja el cuerpo exhausto. (Eclesiastés 12, 12)

  • Un río de fuego brotaba y corría delante de él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros. (Daniel 7, 10)

  • el primer año de su reinado, yo, Daniel, investigaba en los Libros el número de años que, según la palabra del Señor al profeta Jeremías, debían cumplirse sobre las ruinas de Jerusalén: eran setenta años. (Daniel 9, 2)

  • Jesús hizo también muchas otras cosas. Si se las relatara detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros que se escribirían. (Juan 21, 25)

  • y un buen número de los que se habían dedicado a la magia traían sus libros y los quemaban delante de todos. Se estimó que el valor de estos libros alcanzaba a unas cincuenta mil monedas de plata. (Hechos 19, 19)

  • Cuando vengas, tráeme la capa que dejé en Tróade, en la casa de Carpo, y también los libros, sobre todo, los rollos de pergamino. (II Timoteo 4, 13)

  • Y vi a los que habían muerto, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Fueron abiertos los libros, y también fue abierto el Libro de la Vida; y los que habían muerto fueron juzgados de acuerdo con el contenido de los libros; cada uno según sus obras. (Apocalipsis 20, 12)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina