Encontrados 21 resultados para: leyó
Luego tomó el documento de la alianza y lo leyó delante del pueblo, el cual exclamó: "Estamos resueltos a poner en práctica y a obedecer todo lo que el Señor ha dicho". (Exodo 24, 7)
Después de eso, Josué leyó cada una de las palabras de la Ley -la bendición y la maldición- exactamente como está escrito en el libro de la Ley. (Josué 8, 34)
Apenas el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras y dijo: "¿Acaso yo soy Dios, capaz de hacer morir y vivir, para que este me mande librar a un hombre de su enfermedad? Fíjense bien y verán que él está buscando un pretexto contra mí". (II Reyes 5, 7)
Ezequías tomó la carta de la mano de los mensajeros y la leyó. Después subió a la Casa del Señor, la desplegó delante del Señor (II Reyes 19, 14)
El sumo sacerdote Jilquías dijo al secretario Safán: "He encontrado el libro de la Ley en la Casa del Señor". Jilquías entregó el libro a Safán, y este lo leyó. (II Reyes 22, 8)
Luego el secretario Safán anunció al rey: "Jilquías, el sacerdote, me ha dado un libro". Y Safán lo leyó delante del rey. (II Reyes 22, 10)
Luego subió a la Casa del Señor, acompañado de todos los hombres de Judá y de todos los habitantes de Jerusalén -los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el más pequeño al más grande- y les leyó todas las palabras del libro de la Alianza, que había sido hallado en la Casa del Señor. (II Reyes 23, 2)
Luego el secretario Safán anunció al rey: "Jilquías, el sacerdote, me ha dado un libro". Y Safán lo leyó delante del rey. (II Crónicas 34, 18)
Luego subió a la Casa del Señor, acompañado de todos los hombres de Judá y de los habitantes de Jerusalén -los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo, desde el más grande al más pequeño- y les leyó todas las palabras del libro de la Alianza, que había sido hallado en la Casa del Señor. (II Crónicas 34, 30)
Luego, desde el alba hasta promediar el día, leyó el libro en la plaza que está ante la puerta del Agua, en presencia de los hombres, de las mujeres y de todos los que podían entender. Y todo el pueblo seguía con atención la lectura del libro de la Ley. (Nehemías 8, 3)
Día tras día, desde el primer día de la semana hasta el último, se leyó el libro de la Ley de Dios. Durante siete días se celebró la Fiesta, y al octavo día hubo una asamblea solemne, como está establecido. (Nehemías 8, 18)
Una vez ubicados en sus puestos, durante una cuarta parte del día se leyó el libro de la Ley del Señor, su Dios, y durante otra cuarta parte, confesaron sus pecados y se postraron delante del Señor, su Dios. (Nehemías 9, 3)