Encontrados 41 resultados para: hoz
mientras que Jacob siguió avanzando hasta Sucot. Allí edificó una casa para él, y chozas para el ganado. Fue por eso que se dio a ese lugar el nombre de Sucot, que significa "Chozas". (Génesis 33, 17)
Habla en estos términos a los israelitas: Además, el día quince de este séptimo mes se celebrará la fiesta de las Chozas en honor del Señor, durante siete días. (Levítico 23, 34)
Durante siete días vivirán en chozas. Así tendrán que hacerlo todos los nativos de Israel, (Levítico 23, 42)
para que las generaciones futuras sepan que yo hice vivir en chozas a los israelitas, cuando los hice salir del país de Egipto. Yo soy el Señor, su Dios. (Levítico 23, 43)
Celebra durante siete días la fiesta de las Chozas, apenas termines de recoger los frutos de tu era y de tu lagar. (Deuteronomio 16, 13)
Tres veces al año, todos los varones se presentarán delante del Señor, tu Dios, en el lugar elegido por él: en la fiesta de los Ácimos, en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de las Chozas. Nadie se presentará delante del Señor con las manos vacías. (Deuteronomio 16, 16)
Si pasas por los sembrados maduros de tu prójimo, podrás arrancar espigas con la mano, pero no aplicarás la hoz. (Deuteronomio 23, 26)
Después les dio las siguientes instrucciones: Cada siete años, en el tiempo fijado para el año de la remisión, durante la fiesta de las Chozas, (Deuteronomio 31, 10)
Iozacar, hijo de Simat, y Iehozabad, hijo de Somer, sus servidores, fueron los que lo hirieron de muerte. Lo sepultaron con sus padres en la Ciudad de David. Su hijo Amasías reinó en lugar de él. (II Reyes 12, 22)
Los hijos de Obededóm: el primogénito, Semaías; el segundo, Iehozabad; el tercero, Ioaj; el cuarto, Sacar; el quinto, Natanael; (I Crónicas 26, 4)
Según el rito de cada día, ofrecía lo que había mandado Moisés para los sábados, los novilunios y las tres solemnidades anuales, a saber: la fiesta de los Ácimos, la fiesta de las Semanas y la fiesta de las Chozas. (II Crónicas 8, 13)
A su lado, Iehozabad, con 180.000 hombres equipados para la guerra. (II Crónicas 17, 18)
