Encontrados 18 resultados para: herido

  • el que lo hirió quedará absuelto si el herido se vuelve a levantar y puede andar por afuera, aunque sea apoyándose en un bastón; pero deberá resarcirlo por el tiempo en que permaneció inactivo y hacerlo atender hasta que esté curado. (Exodo 21, 19)

  • Si el ladrón, sorprendido en el momento de forzar una casa, es herido de muerte, no hay delito de homicidio. (Exodo 22, 1)

  • mientras los egipcios enterraban a sus primogénitos, que el Señor había herido de muerte, dando así un justo escarmiento a sus dioses. (Números 33, 4)

  • El peso del combate recayó entonces sobre Saúl. Los arqueros lo descubrieron, y fue herido gravemente por ellos. (I Samuel 31, 3)

  • Al entrar en la casa, mientras Isbaal estaba acostado en el lecho de su dormitorio, Recab y su hermano Baaná lo habían herido mortalmente y le habían cortado la cabeza. Después se llevaron la cabeza y marcharon toda la noche por el camino de la Arabá. (II Samuel 4, 7)

  • En esa carta, había escrito lo siguiente: "Pongan a Urías en primera línea, donde el combate sea más encarnizado, y después déjenlo solo, para que sea herido y muera". (II Samuel 11, 15)

  • El rey Jorám volvió a Izreel, para hacerse curar de las heridas que le habían infligido los arameos en Ramá, cuando combatía contra Jazael, rey de Arám. Entonces Ocozías, hijo de Jorám, rey de Judá, bajó a Izreel para visitar a Jorám, hijo de Ajab, que estaba herido. (II Reyes 8, 29)

  • El peso del combate recayó entonces sobre Saúl. Los arqueros lo descubrieron, y fue herido por ellos. (I Crónicas 10, 3)

  • El Sumo Sacerdote Azarías y todos los demás sacerdotes, al volverse hacia él, vieron que tenía lepra en la frente. Entonces lo expulsaron de allí, y él mismo se apresuró a salir porque el Señor lo había herido. (II Crónicas 26, 20)

  • Los arqueros dispararon contra el rey Josías, y este dijo a sus servidores: "Sáquenme, porque estoy gravemente herido". (II Crónicas 35, 23)

  • Porque él me había herido, pero tuvo compasión de mí, y ahora veo a mi hijo Tobías". Tobías entró en la casa, lleno de gozo y bendiciendo a Dios en alta voz. Luego informó a su padre sobre el buen resultado del viaje: le contó cómo había recuperado el dinero y cómo se había casado con Sara, hija de Ragüel. Y añadió: "Llegará de un momento a otro, porque está a las puertas de Nínive". (Tobías 11, 15)

  • ¡Apiádense, apiádense de mí, amigos míos, porque me ha herido la mano de Dios! (Job 19, 21)


“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina